“Somos pick-up”: la Chevrolet S10 y una bienvenida renovación

En la tercera puesta al día de la actual generación, la Chevrolet S10 recibió un lavado de cara en su exterior y cambios más profundos por dentro. Nueva caja automática y un motor con más caballos, algunos detalles para conocr en este test drive.
Una actualización necesaria y sana para no quedar tan relegada en un mercado que no le ha venido siendo amistoso a este producto que General Motors produce en Brasil.
Así fue que, a comienzos de año, con las acciones de verano en Cariló como plataforma de partida, la Chevrolet S10 recibió una serie de ajustes integrales para estimular la presencia, sin un salto generacional, sino con la tercera puesta al día de la actual edición que data de 2012.
La cuestión es que la categoría de las pick ups medianas se convirtió ya hace un tiempo en el escenario donde se libra una de las batallas más encarnizadas del mercado local.
Y está claro que la competencia será cada vez mayor porque la categoría se empieza a poblar cada vez más -como se vio en la última edición de Expoagro– a partir de la llegada de nuevos exponentes chinos tales como Foton, Maxus y JMC, que vienen a plantarse como nuevas alternativas dentro de un mercado que también sumará a la nueva Fiat Titano.
Chevrolet buscará con este modelo renovado de S10 sumar más ventas, haciendo gala de que cuenta con argumentos sólidos y ostenta atributos exigidos por este perfil de usuario: robustez, potencia y capacidades arriba y fuera de la ruta.
“SOMOS PICK UP”: LA APUESTA CON LA CHEVROLET S10
Para lograrlo, su slogan “Somos Pick up” resume la filosofía que la marca pregona desde hace más de 100 años; es decir, desde los cimientos mismos de la compañía que con el tiempo se convertiría en uno de los gigantes de EE.UU.
Entre los vehículos con caja, Chevrolet tiene una propuesta por cada segmento, partiendo desde Montana entre las compactas, siguiendo con S10 entre las de una tonelada, escalando hasta la colosal Silverado que finalmente se sumó al portfolio local para meterse en la puja por el nicho de las full-size.
El logo del moño es el sello que ratifica ese saber hacer en la materia dentro de una industria que, con la evolución tecnológica y el devenir de las exigencias del público, llega a ofrecer vehículos que brindan los necesario en cuanto performance, pero sin perder el foco en el punto de partida: la cultura de las pick-ups.
Desde el reinado de la cabina simple, netamente orientada al trabajo, a la dualidad que llegó para quedarse de la mano de la carrocería de doble cabina. En cada etapa de la evolución estuvo la automotriz buscando satisfacer las más diversas necesidades, desde el uso profesional, tanto en el campo como en la ciudad, al empleo en modo recreativo y para el disfrute en familia.
TEST DRIVE A LA CHEVROLET S10
Ahora sí, es el momento de evaluar los cambios desarrollados en esta camioneta:
Lavado de cara sutil y acertado
Por fuera son leves los retoques que se le aplicaron, principalmente centrados en su trompa, donde se ven los cambios más significativos, gracias a la nueva parrilla con abundante cromado en esta variante High Country que se ubica al tope de la gama.
Completan el remozado morro las nuevas ópticas full led, más alargadas y filosas, el capó más plano y el paragolpes algo más musculoso.
En la parte trasera la modificación principal está en el portón de caja que ahora tiene el “Chevrolet” calado en la chapa, además de un rediseño en las ópticas.
El sello “High Country” como indicador de tope de gama aparece en los paneles laterales delanteros y en la puerta de caja.
En resumen: con pocos cambios, los diseñadores supieron inyectarle un soplo de frescura a una estructura que sigue siendo la misma desde hace 13 años, tarea para nada sencilla.
Un replanteo para la vida a bordo
No hay dudas de que en el habitáculo es por donde pasó el grueso de la renovación, algo sumamente necesario porque era el sector donde más evidenciaba el paso de los años.
La cuestión es que se actualizó todo el panel, empezando por el volante (multifunción), el tablero de instrumentos ahora 100% digital (aunque sin posibilidad de configurar más vistas), pasando por el multimedia con pantalla flotante de 11 pulgadas, hasta ciertas terminaciones y detalles decorativos, como el “High Country” que se hace presente en el extremo derecho del torpedo y bordado en el cuero de los apoyacabezas delanteros.
El multimedia incluye cámara, reúne los ajustes de varias funciones, todo lo referido al audio y permite espejar dispositivos Android Auto y Apple CarPlay de manera inalámbrica.
En lo que hace a la posición de manejo, ahora la columna de dirección ofrece ajuste en profundidad, con lo mejora sustancialmente, aunque la butaca sigue siendo algo alta, mientras que la insonorización también mejoró y bastante.
También se rediseñaron las salidas de aire y se incorpora un sector con teclas piano para balizas, desactivación del ESP y del cambio de carril, entre otras funciones. Un cambio para no pasar por alto es la mudanza de la perilla para gestionar los modos de tracción (2H, 4H y 4L) hacia el sector izquierdo del volante que, dicho sea de paso, sigue sin contar con levas para la transmisión automática.
Cuenta con climatizador automático, acceso y arranque sin llave, cargador inalámbrico de celular, y mantiene el exclusivo sistema OnStar de asistencia telefónica constante las 24 horas.
Atrás hay espacio acorde, es amplio, aunque al tener el cojín tan abajo el apoyo de las piernas no es el mejor y deja poca posibilidad de estirar los pies porque encuentran su límite en la parte baja de los asientos delanteros. Una buena para quienes vayan allí es que ahora cuentan con doble toma USB para cargar dispositivos (uno común y otro tipo C), aunque deberán esperar para tener salidas de aire.
Dentro del rubro seguridad incluye de serie de seis airbags, controles de tracción y estabilidad, control de descenso, asistente de arranque en pendientes, ganchos Isofix y algunas ayudas a la conducción como alerta de punto ciego, de cambio de carril, luces altas automáticas y aviso de tráfico cruzado.
Sorprende que con este restyling no aprovecharon a sumar otras ADAS como control de velocidad crucero adaptativo o el centrado de carril.
Ajustes con leves ganancias y un estreno para aplaudir
En materia de motorización no hay cambios, pero sí algunas actualizaciones que suman. Mantiene el conocido y probado turbodiésel Duramax 2.0 que llevó la potencia de 200 a 207 CV y el torque de 500 a 510 Nm.
Estos leves incrementos colaboran en la cuenta final con una mejora en las prestaciones de este bloque que –personalmente- considero como uno de los mejores del segmento.
La principal novedad en el apartado mecánico es el reemplazo de la transmisión automática de 6 por la de 8 velocidades que llegó para ser una muy buena compañera.
El resultado de este matrimonio: una entrega enérgica (no súper picante), con una contundencia siempre elogiable y con un confort mejorado por la suavidad que aporta esta nueva caja, rápida y con un adecuado escalonamiento.
Las cifras desprendidas de la prueba arrojan números interesantes como los 9,4 segundos para llegar de 0 a 100 km/h, unas 7 décimas por debajo de su antecesora. La velocidad máxima encuentra el tope en los 185 km/h. En los consumos prácticamente no hay cambios: en ruta a 130 km/h requiere 10 l/100km y en ciudad se estira a 11,2 litros.
Confort: siempre como priorida
El comportamiento de esta camioneta no defrauda a ningún usuario que necesita un vehículo con el empuje y todas las aptitudes para la faena rural, la exigencia en el off road, el uso diario, o bien recreacional, para salir de viaje con familia o amigos.
A cada requerimiento la S10 responde con sobradas credenciales, ya sea brío, como tenida en curvas y aplomo al transitar en velocidad., dos parámetros en los que no es la mejor pero tampoco merece reproches.
La asistencia eléctrica de la dirección es en buena parte responsable de que la experiencia sea más que agradable, aun así, siendo un poquito pesada o poco comunicativa en ciertas maniobras en baja. No es la más ágil pero no desentona en nada. No hay diferencias de consideración con la anterior, más allá de que la marca declaró haber hecho ajustes puntuales en el esquema de suspensiones y también el perfil de los neumáticos.
Es confortable y suave, aunque saltarina en respuesta a los tramos desparejos y en especial si se viaja sin carga en la caja. El sistema de tracción 4×4 mantiene la caja de transferencia con reductora para usar en alta o en baja –sin bloqueo trasero- de acuerdo a la ocasión. En ese aspecto la nueva transmisión también hace su aporte, aprovechando lo mejor posible el alto torque que se valora y agradece ante una circunstancia algo compleja.
En busca de un reposicionamiento en el ranking
Habiendo sacado todo el jugo posible a esta ya veterana estructura, la S10 se puso al día para quedar en mejores condiciones de dar pelea, sabiendo que es merecedora de una posición más benévola en los patentamientos.
Seguramente este tercer restyling sea el último, antes del cambio de generación. ¿Le falta para ser la mejor? Sí, claro, pero no tanto.
Con algunos extras de equipamiento como más asistencias al manejo; es decir, un plus de tecnología, además de la incorporación del bloqueo de diferencial trasero, quedaría más atractiva ganando puntos en la ya muy buena relación precio/producto.
Hoy el precio sugerido de esta versión tope de gama es de 64.712.000 pesos, dentro de una gama de cinco versiones que arranca en los casi 40.000.000 de la WT 4×2.
LA CHEVROLET S10, EN RESUMEN:
Puntos a favor
- El rediseño (especialmente en trompa)
- La llegada de la caja AT de 8
- La insonorización mejorada
- El matrimonio motor/caja
Puntos en contra
- Dirección poco comunicativa
- Algo saltarina con la caja vacía
- Sin levas al volante
- Algunos faltantes