La Niña “débil” continúa, pero ya tiene fecha de retirada: entre marzo y mayo
Un nuevo reporte de la NOAA, el organismo de Estados Unidos referente en el análisis de fenómenos climáticos, detalla las condiciones actuales de La Niña y cómo continuarán los próximos meses.
“Las condiciones de La Niña continúan, pero los meteorólogos estiman una probabilidad del 66% de que se produzca un cambio a neutral entre marzo y mayo”.
Así resume Emily Becker, una experta de la Oficina Nacional de Administración Oceánia y Atmosférica (NOAA), lo que está sucediendo a nivel atmosférico en el Planeta y que tiene incidencia en Argentina, sobre todo en materia de escasez de lluvias, que se sintió con mucha fuerza en enero.
Cabe recordar que la NOAA es uno de los principales organismos de referencia a nivel mundial para el análisis de fenómenos climáticos, y por ello su visión resulta importante para intentar dilucidar cómo se comportarán las condiciones de lluvias y temperaturas en los próximos meses.
En ese sentido, “parece que se tratará de una La Niña débil y breve”, indica el artículo publicado por la NOAA, y completa: “Además, si bien las condiciones oceánicas de La Niña son débiles actualmente, el componente atmosférico es bastante fuerte”.
LA NIÑA Y EL ENFRIAMIENTO DEL PACÍFICO
Ante todo, desde la NOAA repasaron los principales conceptos técnicos vinculados a La Niña y su contraparte El Niño, que conforman el fenómeno denominado “El Niño/Oscilación del Sur”, o “ENSO”.
En este marco, el agua superficial del Pacífico tropical, más fría que el promedio, característica de La Niña, cambia la circulación atmosférica global de maneras conocidas, proporcionando una imagen anticipada de la temperatura, la lluvia/nieve y otros patrones climáticos futuros.
En tanto, el Pacífico tropical más cálido que el promedio de El Niño también tiene impactos globales en los patrones climáticos.
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Entre las dos fases, cuando el Pacífico tropical está cerca de la temperatura promedio, se encuentran condiciones neutrales.
“ENSO es predecible con meses de anticipación, lo que nos da una advertencia sobre las temporadas de huracanes y tornados, inundaciones costeras, ríos atmosféricos, sequías, la temperatura del próximo verano (invierno en el Hemisferio Sur), rendimientos agrícolas globales y brotes de enfermedades, e incluso mercados financieros”, describe el organismo estadounidense.
LA NIÑA AYER, HOY Y MAÑANA
Bajo este panorama, “nuestro índice principal para La Niña y El Niño es la temperatura superficial del Océano Pacífico tropical del centro-este en la región de El Niño-3.4 —específicamente, cuánto difiere esa temperatura del promedio de largo plazo, donde el largo plazo actualmente es 1991-2020”, repasa el artículo.
Y menciona que, en enero, el índice de El Niño-3.4 fue de -0.8 °C , según el conjunto de datos más confiable, el ERSSTv5.
Así, “este es el segundo mes consecutivo en que el índice de El Niño-3.4 ha superado el umbral de La Niña de -0.5 °C, y cae en nuestra categoría no oficial de ‘débil’: un índice de El Niño-3.4 entre -0.5 y -0.9 °C”, precisa.
Cómo cambiaron las temperaturas de la superficie del mar en la región de El Niño-3.4 del Pacífico tropical a lo largo de todos los eventos de La Niña desde 1950 (líneas grises) y 2024-25 (línea negra). Esto muestra el cálculo tradicional para El Niño-3.4, la temperatura mensual comparada con el promedio de 30 años más reciente (1991-2020 para la línea de 2024). Según esta medida, el umbral de La Niña se cruzó en diciembre de 2024, pero La Niña sigue siendo débil. Gráfico de Climate.gov, basado en datos de Michelle L’Heureux de CPC utilizando ERSSTv5 .
En concreto, el componente atmosférico de La Niña incluye vientos alisios más fuertes cerca de la superficie, vientos más fuertes en niveles superiores, más lluvia que el promedio en Indonesia y menos lluvia en las aguas más frías del Pacífico tropical central.
“Todas estas señales se observaron durante enero, evidencia del fortalecimiento esperado de la circulación de Walker por La Niña, y podemos decir con confianza que las condiciones de La Niña están presentes”, sentencia la NOAA.
Y con respecto al futuro inmediato, sostiene que la mayoría de los modelos climáticos computacionales predicen que la temperatura de la superficie del mar se mantendrá en territorio de La Niña por solo unos pocos meses más.
“Estas predicciones son el factor principal detrás de la probabilidad del 66% de que el período de marzo a mayo refleje un ENSO neutral. De hecho, existe una probabilidad del 41% de que las condiciones de La Niña terminen incluso antes, en la temporada de febrero a abril, aunque las probabilidades más fuertes son de que La Niña continúe siendo débil durante ese período”, completa el estudio.
¿OTRA NIÑA EN EL VERANO 2026?
Mientras tanto, de cara al futuro, el informe menciona que no hay señales claras en este momento para el próximo otoño (primavera en el Hemisferio Sur) y por ahora domina la predicción de un fenómeno neutro en relación con el ENSO, aunque hay una inclinación hacia la posibilidad de La Niña en lugar de El Niño.
“Hay algunas pistas en los modelos climáticos en esta dirección, pero es demasiado pronto para hacer una predicción segura. Sin embargo, no es raro que se den condiciones de La Niña dos inviernos seguidos; por ejemplo, acabamos de salir de tres inviernos consecutivos de La Niña en 2023”, repasa el documento.
Esta posibilidad mejor ni mencionarla en Argentina: aquellas tres Niñas consecutivas derivaron en una de las sequías más grandes de la historia del país, que acabó con un desplome productivo colosal.
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Pero la realidad es que al medir la temperatura subsuperficial de enero en el océano Pacífico tropical, la NOAA remarca que fue el tercer enero más frío desde 1979, cuando comienzan los registros de estas temperaturas.
“Los otros cinco eneros más fríos (1999, 2008, 2000 y 2011) fueron seguidos por La Niña en el otoño/invierno siguiente. Sin embargo, no se trata de una muestra lo suficientemente grande como para confiar en ella, por lo que, por el momento, se trata de un dato interesante”, cierra el informe.
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