Rusia, otro ejemplo del daño de las retenciones: productores abandonan el trigo y pierde el liderazgo mundial
Para esta campaña, se espera una exportación de trigo de 42,8 millones de toneladas, casi un millón menos en la comparativa interanual. Preocupan las proyecciones para el año que viene, porque se ubican en apenas 36,4 millones.
La producción de trigo en Rusia, uno de los líderes indiscutidos del cultivo a nivel mundial, atraviesa un escenario por demás complejo, que amenaza con recortar esa posición de privilegio.
Entre otros factores, hay uno que es clave y tiene algún tipo de conexió con Argentina: la implementación de retenciones, que ha hecho que se pierda interés por sembrar el cereal en el país euroasiático.
A los problemas que el trigo sufre en esa región, con cultivos que se hallan en malas condiciones y la falta de semillas para esta campaña, se suma un agravante político de alto impacto.
“Según Russian Grain Union (RGU) el nivel tecnológico empezó a deteriorarse en 2021, cuando el gobierno ruso introdujo derechos de exportación sobre el grano”, advirtieron desde la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
RETENCIONES Y OTRAS TRABAS AL TRIGO RUSO
Este solo fue el punto de partida y la entidad rosarina consideró que esta situación empeoró en enero del año pasado, cuando el gobierno de Vladimir Putin impuso también una cuota de importación de semillas procedentes de países considerados hostiles.
“Aunque las semillas occidentales siguen estando disponibles en el país, la medida supuso un duro golpe para el sector”, explicaron.
Esta decisión, además de generar un fuerte aumento de precios en las semillas en el mercado ruso, acentuó el deterioro tecnológico.
Esto se hace visible en algo que marcan las organizaciones de productores rusas: la inferioridad de las genéticas locales respecto de las importadas en términos de rendimiento y productividad, variable que es todavía más visible cuando el clima no acompaña.
Desde la aplicación de retenciones a las exportaciones de trigo ruso, las inversiones en tecnología cayeron y el dominio de Rusia como primer exportador mundial de trigo se ve amenazado
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— BCR Mercados (@BCRmercados) February 14, 2025
DAÑOS COLATERALES EN EL TRIGO RUSO
Los derechos de exportación al trigo y otros mecanismos de control comercial -que se implementan para atenuar la inflación doméstica- hace que los productores opten por cultivos más rentables. Según analistas rusos, estos impuestos recortaron entre un 10% y un 40% los ingresos de los agricultores.
“Predijimos que los agricultores empezarían a sustituir el trigo por otros cultivos en 2021, después de que el Gobierno introdujera impuestos a la exportación. Esta es la razón principal por la que están abandonando el trigo. Las cuestiones meteorológicas son en su mayoría irrelevantes, ya que la agricultura siempre se enfrenta a ese riesgo”, afirmó Andrey Sizov, director ejecutivo de la consultora SovEcon
Esto no es gratis para el trigo ruso. En ese país, la superficie del cereal comenzó a disminuir y tras alcanzar un máximo de 29,8 millones de hectáreas en 2023 y descender a 28,5 millones de hectáreas en 2024, la previsión para 2025 es de 28,2 millones de hectáreas, según estimaciones privadas.
En este contexto, los productores de Rusia comenzaron a explorar alternativas poco habituales para la región, como los garbanzos y las lentejas, que en 2024 tuvieron un crecimiento de área del 68%.
Para la próxima campaña, los analistas de Rusagrotrans adelantaron que esperan una caída del área de trigo a mínimos de siete años.
Esto representa un áreaa de 15,4 millones de hectáreas, casi un millón menos que la actual campaña, que comenzará a cosecharse en junio.
CAÍDA DE LA RENTABILIDAD
El informe elaborado por la BCR señaló que el Ministerio de Agricultura ruso estimó una caída de la rentabilidad de los productores. Si bien su promedio histórico se ubica sobre un 17%, RGU calculó que se desplomó hasta un 4,9%, tras haber alcanzado un 27,8% en 2020.
“La producción de trigo, que generó una rentabilidad récord del 32,5% en 2020, proyecta márgenes negativos para este año”, remarcaron.
Esta reducción en los ingresos de los agricultores se traduce en una reducción en la compra de maquinaria, fertilizantes y fitosanitarios, y además, empezaron a optar por semillas más baratas y de menor calidad. En este contexto, la disponibilidad de trabajadores es escasa y los costos de mano de obra han aumentado.
“Es así como el sector agroexportador de Rusia ha entrado en un círculo vicioso, en el que la baja rentabilidad impulsa una caída de las inversiones y la productividad, lo que ejerce una presión adicional sobre la rentabilidad”, afirmaron desde la BCR.
EXPORTACIONES EN BAJA
Hace algunas semanas, la consultora SovEcon volvió a recortar las estimaciones de exportación para la actual campaña del trigo ruso, que finaliza en mayo próximo. De esta manera, proyectaron un volumen de 42,8 millones de toneladas, unas 900.000 toneladas menos que lo publicado en diciembre y 1,3 millones por debajo de la estimación anterior de 44,1 millones.
“Este ajuste se realiza luego de que el gobierno ruso aplique una cuota de exportación de 10,6 millones de toneladas entre febrero y junio, solo poco más de un tercio de la del año pasado y la más baja desde el año 2020”. explicaron desde la BCR.
Sin embargo, el dato que llamo la atención fue que para la próxima campaña del cereal, los rusos estimaron que se exportarán 36,4 millones de toneladas. De cumplirse este pronóstico, marcaría una fuerte caída con respecto a este año y se ubica muy por debajo del promedio de 43 millones de toneladas de las últimas cinco campañas.
En declaraciones periodísticas, Sisov sostuvo que, de mantenerse el esquema de derechos de exportación, “la producción y las exportaciones rusas de trigo seguirán disminuyendo. Es sólo cuestión de tiempo que el país pierda su puesto de primer exportador mundial, podría ocurrir ya en la próxima campaña o en la siguiente”.
FUERTE AJUSTE A LA BAJA DE LA COSECHA
A finales de diciembre, los datos oficiales rusos mostraron que el 32,7% del trigo de invierno estaba en malas condiciones, el porcentaje más alto en 20 años para esa fecha y superior al promedio de 7,3% registrado en los últimos cinco años.
En la vereda opuesta, solo el 31% del área sembrada fue calificada como en buenas condiciones, el nivel más bajo en 23 años y por debajo del 74% alcanzado el año anterior.
Frente a esta situación, la consultora SovEcon ajustó su estimación para la cosecha a 78,7 millones de toneladas. Este volumen representa una caída de 4,5% si s compara con las 82,4 millones de toneladas de la campaña anterior y un 10,6% menos en relación con el promedio de las últimas cinco cosechas.
A finales de enero,distintos informes de la cartera agrícola rusa señalaron que el 82% de los cultivos se encontraban en condiciones entre buenas y satisfactoria, aunque este dato no se reflejó en una mejora de las proyecciones.
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